Artículo publicado el 04 de abril de 2012 en la columna Globalización con Equidad del diario La Primera. Escrito por Roberto López. A pesar que se
cuentan muchas rondas de negociación, el
Acuerdo Comercial Trans Pacifico (conocido como TPP por su sigla en inglés),
aparece como un asunto complicado
manejado sólo por técnicos y especialistas.
Esto se agrava porque no se conoce los textos que se discuten en cada una de las
rondas. Sin embargo, hay mucho en juego en lo que respecta a nuevos estándares
de propiedad intelectual que incluye derechos de autor, denominación de origen y patentes. En esta
última área se consideran los productos farmacéuticos y lo que se acuerde en el
TPP va a afectar la circulación de dichos productos, como por ejemplo, los
medicamentos.
La gran industria
farmacéutica está presionando en este proceso de negociación por nuevos
estándares que limitan la competencia en el mercado farmacéutico:
a)
compensación
en el periodo de vigencia de las patentes por demoras de la autoridad nacional
que las otorga. Esto significa que las patentes pueden tener una vigencia de
más de veinte años, que es el período ya
establecido en la legislación nacional.
b)
Ampliación
del uso exclusivo de datos sobre seguridad y eficacia de medicamentos a más de
cinco años que actualmente se otorga, como resultado del TLC Perú-USA, y que es
una nueva forma de crear monopolios.
Con ambos
mecanismos, la gran industria
farmacéutica pretende demorar aún más la competencia y mantener precios altos abusando de su posición monopólica en
el mercado, lo que finalmente restringe el acceso a medicamentos que la
población necesita.
Reconocemos que esta
negociación es complicada en la medida que son nueve los países involucrados,
algunos de ellos con acuerdos bilaterales con Estados Unidos, como el Perú y
con diferentes estándares de protección de la propiedad intelectual. En estas
condiciones es aconsejable y prudente que los compromisos que se adoptaran como
resultado del TPP sean por un lado,
suficientemente flexibles que
permitan a los países mantener los
acuerdos comerciales en curso,
las legislaciones e intereses nacionales; por otro lado debe establecerse excepciones o salvaguardas en aquellos
aspectos que podría poner en riesgo el acceso a bienes esenciales como los
medicamentos.
En mayo próximo una
nueva ronda de negociación se llevará a cabo en Dallas, Estados Unidos.
Esperamos que Perú consolide una posición negociadora que rechace las
pretensiones de la gran industria farmacéutica. La salud de los peruanos y
peruanas está por encima de cualquier interés comercial.
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