Artículo escrito por Roberto López, Coordinador Ejecutivo de Acción Internacional para la Salud (AIS), publicado en el diario La Primera. La cercanía del Día Mundial de la Salud (7 de Abril) es una
buena oportunidad para reflexionar sobre el rol que cumplen los medicamentos para
el ejercicio pleno del “derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel
posible de salud física y mental (PIDESC). Existen factores que no guardan
ninguna relación con la atención médica y que tienen un impacto importante
sobre las condiciones de salud de las poblaciones: la alimentación, la
vivienda, el saneamiento y acceso a agua de buena calidad, la educación, los
ingresos, recreación, y otros. De esta manera, los Estados deben poner en
práctica políticas que ofrezcan las mismas oportunidades a todos los ciudadanos
y ciudadanos para tener “condiciones de vida
saludables”.
Entrando al terreno de la
atención médica, es reconocido que el
uso de medicamentos es una de las
intervenciones efectivas para recuperar la salud cuando ha sido perturbada. Para ello el Estado debe implementar políticas que faciliten el
acceso a los medicamentos que han probado ser esenciales para combatir enfermedades o que son necesarios para ciertas condiciones. En esta línea y en el marco de la reforma de
salud que viene implementado el
gobierno, organizaciones de la sociedad civil han levantado una propuesta (Reforma de Medicamentos con medicamentos
para tod@s) que explicita una serie de estrategias que deben ser
implementadas para promover el acceso a medicamentos.
Entre las propuestas
generales están: a) Fortalecimiento del Petitorio Nacional Único de
Medicamentos Esenciales que no sólo lleva a racionalizar el uso de
medicamentos, sino también el gasto; b) Implementar regulaciones para tener medicamentos a precios asequibles
terminando con el abuso de algunos agentes del mercado; c) Fortalecer el suministro
público a través de una “inteligencia farmacéutica” que le permita al Estado obtener
y ofrecer medicamentos de calidad a los precios más bajos y oportunamente; c)
Financiamiento suficiente y sostenible, que ofrezca a todos los ciudadanos y ciudadanas la misma
oportunidad de atención ante cualquier perturbación de la salud.
Finalmente, la salud es un
asunto de todos los ciudadanos y ciudadanas. Por lo tanto ellos y ellas deben ser el centro de
la reforma de salud, al mismo tiempo que sus actores principales. Aconsejable es entonces que el
gobierne preste atención a las propuestas y demandas ciudadanas en este asunto tan sensible.
Ver en: http://laprimeraperu.pe/columna/salud-y-medicamentos/
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